Si tomamos como base la teoría de la autodeterminación, nos motivamos por tres cosas:
1) Autonomía: la capacidad de tomar decisiones con cierto grado de soltura. Ni el caos absoluto ni el control total. Un espacio acorde a mi rol.
2) Maestria: cuánto conozco y cuánto no conozco del rol en el que me desempeño. Qué tanta experiencia práctica tengo dado el tipo de desafío que enfrento.
3) Propósito: alineamiento entre las decisiones personales y sus vínculos con los de la compañía.
Compartiendo plenamente el «si bueno y breve, dos veces bueno»:
Te propongo que te evalúes en éstos tres ejes. ¿Te sobra o te falta de alguno en particular?
Y por último – y no menos importante – ¿qué tal viene tu equipo con el mismo prisma?
Espero hayas disfrutado la breve e intensa nota. 🙂