Preparás una capacitación con la mejor intención, ponés toda tu energía, y al momento de darla te encontrás con miradas perdidas, cámaras apagadas y un silencio incómodo. Sabés que el contenido es valioso, pero la apatía es tan palpable que te preguntás si alguien está realmente aprendiendo. Ese dolor de sentir que el esfuerzo se diluye en un mar de falta de compromiso es una frustración que muchos líderes de RRHH y capacitación conocemos bien.
Hace poco hablé con dos profesionales del sector y, de forma independiente, ambos me mencionaron el mismo desafío: «el compromiso con el aprendizaje». Me contaron lo difícil que es mantener a la gente enganchada.
Pero hay un pequeño secreto. No necesitás una transformación completa para empezar a ver un cambio. Hay un truco simple que podés aplicar en tu próxima sesión.
Acá tienes una actividad de 2 minutos para romper el hielo y generar participación inmediata:
Al inicio de tu próxima capacitación, en lugar de preguntar si tienen preguntas o de hacer una ronda aburrida, diles: «En una sola palabra, ¿qué esperan de esta sesión?». Pediles que escriban su palabra en el chat. Luego, leé algunas en voz alta. Esto no solo genera participación, sino que te da una pista instantánea de qué esperan y te permite adaptar tu mensaje al instante. Es un truco sencillo, pero te da una pequeña victoria para empezar a cambiar la dinámica.
Ese simple truco es un ejemplo de cómo pequeñas acciones lúdicas, aplicadas estratégicamente, pueden generar un compromiso instantáneo. Este es el corazón de la gamificación: transformar la apatía en una experiencia activa y participativa.
Si te interesa ir más allá de los trucos rápidos y crear un sistema completo para que tu equipo se entusiasme con el aprendizaje, podemos seguir explorando este tema juntos.
En los próximos días, te compartiré más ideas sobre este tema y cómo un diseño estratégico puede ser el fin de la apatía en tus capacitaciones.
¿Se te ocurre otra idea rápida que te gustaría compartir con otros colegas?
Te leo en los comentarios.
Salu2,
Rodrigo