Gamifica Group

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Estaba yo escuchando una charla de otra persona. Si, un curioso, digamos. Mi harta habilidad de dialogar, interconectar, vincularme.

En eso, escucho que ésta persona dice «porque las habilidades blandas son más difíciles de entrenar que las habilidades duras».

Y hasta en ese momento, sonaba convincente.

Todo depende

Como todo en la vida, la perspectiva depende de quién observa.

Si me preguntás a mi, como entrenador de habilidades blandas (liderazgo, comunicación eficaz, negociación, presentaciones efectivas, gestión del tiempo, persuasión, gamificación, por nombrar algunas) y después de varios muchos años de entrenar en tales habilidades blandas, me parece que no.

Porque, como todo en la vida, creo que la enseñanza y el aprendizaje dependen de varios factores:

  • que el profe o la profe (¿profa?) tenga ganas de enseñar
  • que el estudiante o la estudiante tenga ganas de aprender
  • que el tema no se dicte como en forma aburrida
  • que la forma que se tome – presencial, virtual, híbrida – no condiciones el aprendizaje

¿Y por qué algunos aprendizajes son más difíciles que otros?

Si esperamos aprender algo por el sólo hecho de mirar un video o de escuchar una clase, estamos equivocados en entender cómo aprendemos.

Es bien sabido que luego de un aprendizaje, al minuto de retirarse de la sala de capacitación, al menos el 60 % de lo aprendido desaparece de mi cabeza. Y está muy bien que así suceda, ya que mi cerebro necesita dedicarle atención a 1000 cosas que pasan en simultáneo.

Por otra parte, si por el sólo hecho de escuchar algo ya creo que lo aprendí es menospreciar la práctica y la repetición.

La repetición es la madre de todas las habilidades

No aprendimos a caminar sólo por escucharlo una vez. No aprendimos a caminar sólo por hacerlo una vez. Lo aprendimos porque lo repetimos taaaaaantas veces, que en algún momento eso salió solo.

Y ahora, caminamos sin pensar en el proceso de aprendizaje de tal habilidad.

En el mismo sentido, practicar una habilidad blanda sólo una vez, no asegura más que eso: que lo practiqué una sola vez.

¿Y qué hago para aprender una habilidad blanda?

La verdad que el truco es sencillo, y es tan simple como el siguiente paso a paso:

  1. buscate un buen/a profesor o profesora (¡como yo! hehehe)
  2. preguntá, preguntá y preguntá. eso garantiza que revises cada aspecto de la habilidad blanda que querés aprender.
  3. anotá qué pasos vas a dar para practicar dicha habilidad.
  4. ponete una fecha para revisar lo aprendido y practicado.
  5. llegada esa fecha, evaluá qué tal lo estás haciendo y si hay algo que puedas mejorar en tal habilidad.

No es magia, es práctica

Lo repito bastante seguido: no es magia, es práctica. Y para mi, es casi un mantra.

Aprender algo requiere bastante teoría y mucho más práctica. Una habilidad blanda es igual. Nos comunicamos mejor cuanto más lo practicamos. Presentamos mejor cuanto más lo practicamos. Negociamos mejor cuanto más negociemos.

Por eso, querida lectora, querido lector……

Aprender una habilidad blanda es 70% práctica y 30% de un buen maestro (o maestra).

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