Esta semana, en una sesión privada, un líder me dijo algo que escucho más veces de las que debería:
«Rodrigo, cada vez que intento delegar o dar más espacio… siento que pierdo el control. Prefiero hacerlo yo.»
Entiendo el miedo.
Pero acá va la realidad dura:
Si necesitás controlar todo, nunca vas a ser un negociador efectivo. Ni un líder de verdad.
Controlar todo no es liderazgo.
Es miedo disimulado.
El problema no es que tu equipo, tu cliente o tu interlocutor “no entiendan”.
El problema es que vos no estás construyendo la confianza suficiente para que quieran avanzar con vos.
🔥 ¿Por qué pasa esto?
Porque muchos lideran como negocian mal:
Hablan demasiado.
Imponen.
Cierran caminos en lugar de abrirlos.
Y en negociación (y en liderazgo), el que habla mucho, pierde.
La regla de oro:
“No trates de forzar acuerdos.
Creá el espacio para que el otro quiera moverse hacia vos.”
🎯 3 tácticas de negociación que todo líder debería usar (y casi nadie aplica):
Cerrá el control. Abrí la conversación.
No arranques una reunión diciendo “hay que hacer esto”.
Empezá preguntando:
“¿Qué obstáculos ves para que podamos lograr X?”
Usá el «no» como señal de oportunidad.
Si te dicen “no”, no es el final.
Es el principio real de la negociación.
Respondé:
“Entiendo. ¿Qué necesitaríamos ajustar para que funcione para vos?”
Negociá microacuerdos, no grandes discursos.
No trates de alinear todo en una charla.
Buscá compromisos chicos, uno detrás de otro.
Cada «sí» pequeño fortalece la confianza.
🧠 Para reflexionar (antes de la próxima reunión o conversación difícil):
✔️ ¿Estás buscando controlar el proceso… o estás construyendo el acuerdo?
✔️ ¿Te enfocás en ganar la discusión… o en construir la relación?
Negociar no es hablar.
Negociar es escuchar con estrategia.
Liderar tampoco es controlar.
Liderar es construir confianza real.