Gamifica Group

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Siempre comienzo mis cursos con una pregunta aparentemente sencilla, pero que genera una gran cantidad de insights: «¿Qué esperas de este curso?».

Es un momento clave. Uno donde los participantes pueden compartir sus expectativas y deseos, y donde yo puedo empezar a tejer un plan que equilibre lo que es indispensable enseñar y lo que los estudiantes realmente desean aprender.

En un curso reciente, lancé esta misma pregunta, y las respuestas me sorprendieron por su variedad y profundidad. Aquí algunas de las más destacadas:

  • «Aprender a incorporar herramientas nuevas» 🛠️
  • «Atraer más clientes a través de la gamificación» 🎮
  • «Ser más creativo en los espacios laborales» 🎨
  • «Explorar dinámicas nuevas» 🔄
  • «Saber qué es gamificación y cómo aplicarla» 💡

Cada una de estas respuestas revela una expectativa única y, al mismo tiempo, plantea el desafío de hacer que el contenido del curso no solo cumpla, sino que supere esas expectativas. Porque si algo he aprendido a lo largo de mi carrera es que la motivación y la retención del conocimiento dependen en gran medida de cuán relevantes y aplicables sean las herramientas y conceptos que enseñamos.

🔍 Entender las expectativas: La base del aprendizaje efectivo 🔍

El primer paso para diseñar una experiencia educativa impactante es escuchar activamente. Cuando los participantes comparten lo que esperan, no solo están expresando un deseo; están mostrando sus puntos de dolor, las áreas donde sienten que podrían mejorar y los problemas que esperan resolver.

En este caso, las respuestas reflejaban una necesidad de:

  • Aplicar conceptos de manera práctica: No querían simplemente conocer la teoría, sino saber cómo llevarla a la acción.
  • Creatividad y dinamismo: Buscaban formas innovadoras de hacer las cosas, tanto para motivarse a sí mismos como para motivar a sus equipos.
  • Incorporar herramientas útiles: La expectativa estaba en salir del curso con algo tangible que pudieran implementar en su día a día.

Tomando en cuenta estas expectativas, entendí que el contenido no solo debía ser teórico, sino que tenía que estar altamente vinculado a la práctica. Los conceptos abstractos serían útiles solo si venían acompañados de casos reales, ejemplos concretos, y ejercicios prácticos que permitieran a los estudiantes ver la aplicación inmediata en sus entornos laborales.

🔑 El balance entre lo necesario y lo deseable 🔑

El siguiente paso fue encontrar el balance entre lo que los estudiantes necesitaban saber y lo que deseaban aprender. Aquí es donde entra la experiencia docente: no todo lo que los estudiantes desean aprender es indispensable, pero no podemos ignorar esas expectativas.

El secreto está en encontrar el equilibrio, es decir, combinar los fundamentos que los ayudarán a tener una base sólida con los elementos deseables que mantendrán su interés y motivación alta.

 

Perspectiva

¿Cómo lo hice en este curso?

  1. Identificación de los conceptos claves: Había que asegurar que los conceptos básicos de la gamificación estuvieran presentes. Esto incluía su definición, el por qué es importante en el entorno laboral y ejemplos de empresas que ya la están usando con éxito.

  2. Adaptar el contenido a sus expectativas: Sabía que no bastaba con definir gamificación. Había que conectar ese concepto con la realidad de los participantes. Aquí es donde surgieron los ejemplos prácticos, como casos de empresas que usan mecánicas de juego para mejorar la motivación y el rendimiento. Además, incluí ejercicios que los obligaron a pensar cómo implementar esas ideas en sus propias empresas.

  3. Dinámicas y prácticas creativas: Muchos estudiantes querían explorar dinámicas nuevas y formas de aplicar la gamificación de manera creativa en sus equipos. Para satisfacer esta expectativa, diseñé juegos de rol, dinámicas de grupo, y herramientas de motivación gamificada que podían usar con sus colaboradores.

🎮 La gamificación como respuesta a la motivación y creatividad 🎮

Uno de los conceptos más esperados por los participantes era la gamificación. Muchos querían saber cómo usarlo para atraer clientes o motivar a sus equipos, pero no sabían por dónde empezar. Aquí fue clave mostrarles que la gamificación no es solo un “juego” en el sentido lúdico, sino una herramienta estratégica que puede aplicarse en distintas áreas.

Les enseñé cómo, a través de la gamificación, podían mejorar el engagement de sus empleados, hacer más atractivas las tareas cotidianas y fomentar una sana competencia a través de insignias, ranking de desempeño y recompensas.

A través de ejercicios prácticos, los participantes lograron:

  • Identificar qué aspectos de su trabajo podían ser gamificados.
  • Diseñar un sistema básico de puntos e insignias para mejorar la motivación.
  • Crear una serie de misiones que sus equipos podrían completar como parte del onboarding o del día a día laboral.

Les mostré ejemplos concretos de cómo plataformas como Motivarnos.com pueden ser usadas para potenciar el clima laboral y mejorar la performance del equipo, sin que esto suene a una venta directa, sino mostrando los beneficios tangibles que la gamificación puede aportar.

💡 Lecciones aprendidas: La importancia de adaptar el enfoque 💡

Cada curso que doy me enseña algo nuevo, pero este curso en particular dejó una lección muy clara: el aprendizaje no es una experiencia estática. Lo que los participantes traen a la mesa es tan valioso como lo que uno pueda enseñar. Cuando logras escuchar, adaptar y ajustar tu contenido para satisfacer tanto lo necesario como lo deseable, el resultado es un proceso de enseñanza-aprendizaje mucho más dinámico y efectivo.

En este curso, mis estudiantes no solo se llevaron conceptos sobre gamificación, sino que también obtuvieron herramientas prácticas que les permitieron aplicarlo en su día a día.

📝 Conclusión: Un plan paso a paso 📝

Al final del curso, ofrecí a los participantes un plan paso a paso para implementar lo aprendido. Aquí te lo comparto:

  1. Escucha activa: Antes de implementar cualquier cambio, es fundamental entender qué motiva a tu equipo. Pregunta, escucha y reflexiona sobre sus respuestas.

  2. Definir los objetivos: ¿Qué quieres lograr con la gamificación? ¿Mejorar la motivación, atraer más clientes, fomentar el trabajo en equipo? Clarificar el objetivo es clave para diseñar un sistema que funcione.

  3. Diseñar un sistema de recompensas: Aquí es donde la gamificación entra en acción. Crea un sistema sencillo de recompensas basado en puntos, insignias y niveles para reconocer el buen desempeño.

  4. Fomentar la sana competencia: Introduce ranking o tablas de liderazgo para que los empleados puedan ver su progreso y compararse con sus compañeros de manera saludable.

  5. Revisión y mejora continua: Una vez implementado el sistema, es clave revisarlo periódicamente para asegurarte de que está cumpliendo con los objetivos y haciendo los ajustes necesarios.

Al final del día, este tipo de estrategias no solo aumentan la motivación y el compromiso del equipo, sino que también mejoran el clima laboral y la performance.

👉 Te invito a reflexionar: ¿Estás adaptando tu proceso de enseñanza o gestión a las expectativas y necesidades de tu equipo? ¿Cómo podrías usar la gamificación para mejorar la motivación y el desempeño? 🎮

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